domingo, 10 de abril de 2011

Que nos dicen los sueños...

...la semana pasada vi "Inception" (Origen) la peli en la que Leonardo di Caprio vive una vida en la que se bate entre los sueños y la realidad. Es de estos días en los que quieres ver una peli, pero el proceso de descargarla te cuesta y dices: "la primera que encuentre", a pesar de ser una peli con tiros (no me gustan las pelis con tiros), la verdad es que me sorprendió, creo que tengo que volver a verla, porque es un poco compleja, y más cuando la ves en inglés. No quiero reventar la película a nadie, y no voy a hacerlo, solo diré que hay un personaje que lo llaman el arquitecto, porque es el que se encarga de construir los escenarios en los que se desarrollarán los sueños de los demás, tenéis que verla.

Bien, pues esta semana me he sentido arquitecta, he soñado dos veces cosas muy parecidas, pero se desarrollaban en el mismo escenario. Creo que de esto puedo sacar algunas conclusiones, pero primero os voy a contar lo que pasó. Para el que no lo sepa, vivo en San Fernando, un pueblo a 15 min. en cercanías de Cádiz capital. Mi sueño consistía en que tenía una cita, entrevista, en el centro de Cádiz y empezaba cuando me bajaba del tren. Esto me ha pasado dos veces, pero os voy a detallar el de anoche. Vestía una gabardina beige y un bolso marrón en la mano, llevaba mi carpeta de rayitas, en la que guardo mis documentos importantes. Ahí estaba yo, en un callejón, al que daban la parte trasera de restaurantes. No creo que lo conozcais, pero mi callejón soñado lo podemos encontrar en Dublín, en la parte trasera del McDonlads de O´Connell Street. Había una ventana baja cubierta por cajas de fresas pasadas de fecha,  ahí empezó todo.

Tratando de esquivar las cajas, trepando para no mancharme, me colaba como podía tras la ventana, ventana que daba al mercado. Era un mercado que no conocía, una mezcla de mercados en los que he estado, mercado que podría describir al detalle y mercado que he diseñado en mi mente con los puestos más bonitos que podríais imaginar. La ventana daba a un puesto de pan, las señoras tenderas se quedaban sorprendidas al ver que se abría la ventana y saltaba yo con mi gabardina: "Lo siento, tengo una entrevista y llego tarde”, les decía.

Había cogido el tren a las 9 y tenía la cita a las 9.30, sabia que iba justa de tiempo, y más porque ya había realizado este mismo recorrido otras veces en mis sueños. El mercado parecía no tener fin, puestos de pescado, de comida para llevar, de flores, de galletas, de zumos, de helados, el paraíso del buen paladar. Yo los recorría corriendo, chocando con las personas que estaban comprando, desatando las miradas de todo el que estaba allí, cuando al cruzar una puerta corredera me encontraba en una escalera digna de un palacio, estaba en el museo del Louvre, sube, baja, y vuelve a bajar, me sabía el camino, sabía donde estaban los cuadros que me gustaban, donde encontrar lo que quería, pero no veía nada, corría, llegaba tarde, pasaba por la tienda de souvenirs, hasta que otra puerta se abría y daba a una biblioteca. Una biblioteca que nunca visité, que siempre vi en las películas americanas, pero yo con mi mente la construí a la perfección. Intentaba no hacer ruido, pero era irremediable. Tras todo este recorrido llegué al edificio en el que debía encontrarme con esa persona, pero nunca llego hasta ahí, me despierto antes, no se que pasaría. Me recompongo un poco y me adentro en un pasillo con muchas puertas. Ahí termina todo.

Me gusta, me fascina poder soñar cosas en un entorno que creo a mi gusto, o según mi mente decide que sea. Aunque pienso que de esto se pueden sacar muchas conclusiones. Se llama sueño a aquello que te gustaría que se cumpliera en la vida real. Se vive en los sueños lo que la vida real no te permite. Se sueña sin prejuicios y sin barreras.

Creo que me he construido mi propio laberinto, que el camino que recorro hasta el final que nunca veo, es fruto del esfuerzo que pongo a diario. Ya no ando, corro, porque pienso que siempre llego tarde, que tengo que darme prisa porque sino, no llego.

Ojala un día vea el final, pero creo que aún eso no está escrito en mi historia...mientras tanto seguiré recorriendo el escenario creado, a ver si algún día descubro una nueva salida.

"La vida es sueño y los sueños, sueños son" Calderón de la Barca.

1 comentario:

  1. Madre mia, que rayada.. Yo también vi Origen hace poco y es brutal. Pronto terminarás tu sueño en la vida real con esa entrevista. Espero que no te vuelvas loca pensando que es real y que no :D
    A mi me encantaría ser el arquitecto.

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